Nuestra gerente, independiente, feminista y solidaria multiplica su tiempo para hacer lo que más le gusta y mejor sabe hacer sin dejar atrás la amplia sonrisa que la caracteriza.
CHELO TUYA / GIJÓN
BLANCA CAÑEDO-ARGÜELLES, directora de la clínica Belladona. «Unas antiaborto se manifestaron ante la clínica, pero acabaron tomando un café con nosotras. Vieron que aquí vienen madres y monjas»
Multiplica el tiempo. Casi tanto como la sonrisa. Presidir la nueva Fundación Mar de Niebla no es su único cargo. Ni será el último.
Además de encabezar el protectorado de la asociación cultural, también es vicepresidenta de la asociación Derecho a Morir Dignamente, directiva de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) y fundadora de la Clínica Belladona. Pero ella puede con todo. Blanca Cañedo-Argüelles Gallastegui sabe que sus apellidos ocultan a dos progenitores, Ladis y Cristina, a los que ser del Opus, él, y de derechas, ambos, no impidió educar a sus siete hijos en la solidaridad.
-¿Tenía poco lío ya como para presidir la Fundación Mar de Niebla?
-(Risas) Es una forma de ser. La clínica Belladona me lleva mucho tiempo, pero no puedo dejar de participar en todo lo que sea un ejercicio de solidaridad, como en Derecho a Morir Dignamente o en la Tertulia Feminista Les Comadres.
[pullquote style=»left» quote=»dark»]«Los ciudadanos tenemos que tomar el poder en los partidos. En el PSOE lo hemos hecho»«Mi exmarido es como mi hermano. La pareja, los hijos, los amigos no son tuyos, están contigo»«Aceptar los vientres de alquiler es abrir la puerta a las mafias que explotan a las mujeres»[/pullquote]
-¿Cómo llega a Mar de Niebla?
-Soy militante socialista y mi compañero de partido, el ahora concejal Monchu García, me dijo que si quería ocupar ese puesto. Es un lujo, porque el trabajo que hace Héctor Colunga es impresionante.
-¿Era necesaria una fundación?
-Sí, para proteger, precisamente, ese gran trabajo. Ellos necesitan dedicarse a lo suyo, que es dar segundas oportunidades. Los demás tenemos que buscar fondos.
-¿No los tienen?
-No los suficientes. Ahora mismo, se les debe dinero, tanto que los 21 trabajadores han tenido que pedir un crédito para avalar sus sueldos. No obstante, Héctor siempre dice que lo que se hace más con la intención que con el dinero. Sin el apoyo, por ejemplo, de profesores jubilados, no podrían dar las clases que imparten cada día.