Enfermedades genitales masculinas
Los genitales masculinos pueden sufrir varios tipos de enfermedades dependiendo de su localización en la anatomía genital masculina, o según la naturaleza del problema o enfermedad.

Algunos de estos trastornos son causados por enfermedades de transmisión sexual y aunque eran tratadas, en otros tiempos, por otra especialidad; los urólogos somos quizás los más aptos, porque de igual manera sabemos tanto diagnosticarlas como tratarlas y además una cosa muy importante y es que somos los únicos que sabemos resolver las complicaciones que de ellas se puedan derivar.
Se pueden agrupar de la siguiente manera:
Procesos infecciosos en el pene:
Uretritis gonocócica: adquirida por transmisión sexual por el bacteria denominada gonococo.
Uretritis no gonocócica: la mayoría se transmiten sexualmente, pero de un 20 a un 30% NO se llega a identificar en el laboratorio al germen responsable
VPH (Virus del papiloma humano): los tipos 6 y 11 producen las verrugas y/o condilomas anogenitales y los tipos 16, 18, 31 y 45 están implicados en la displasia y carcinomas de cérvix uterino, ano, pene y vulva.
Úlceras genitales: Herpes genital, Chancro blando o chancroide , Granuloma inguinal, Lues más conocida por Sífilis ( tratada en líneas generales por los Dermatólogos, pero que los Urólogos son lo suficiente aptos para su diagnóstico y tratamiento ). De todas estas entidades se debe hacer un buen diagnóstico diferencial, ya que el tratamiento de cada una de ellas es diferente. Para su diagnóstico acudimos a pruebas serológicas, cultivo ó biopsia.
También hemos de hacer un buen diagnóstico diferencial con las procesos premalignos ( Eritro-plasia de Queyrat) y malignos ( Carcinoma de células escamosas ).
Balanitis: candidiásica, por tricomonas, circinada, BXO (balanitis serótica obliterante): entidad bastante preocupante, en relación a la longitud de uretra afectada.
Esclerosis prepucial: más frecuente en diabéticos o en personas de edad avanzada.
“Para saber leer y/o interpretar todo éste tipo de lesiones se necesita una cierta experiencia, sin la cual ni llegaríamos a un buen diagnóstico y por supuesto a un buen tratamiento”.
Aunque las enfermedades de transmisión sexual eran tratadas en otros tiempos por otra especialidad; los urólogos somos quizás los más aptos, porque de igual manera sabemos tanto diagnosticarlas como tratarlas y además una cosa muy importante y es que somos los únicos que sabemos resolver las complicaciones que de ellas se puedan derivar.
Procesos infecciosos en los testículos:
Orquitis o inflamación de los testículos; llegando los gérmenes a éstos en general por la sangre ó después de una infección urinaria en la vejiga. Se producen también después de un trauma en ellos.
Epididimitis o inflamación del órgano que está situado encima del testículo y cuya prolongación es el conducto deferente, que es el que se corta cuando se hace una vasectomía. Las vías por las que llegan son más o menos las mismas y también pueden ser producidas por un traumatismo.
Se ha de aplicar un buen tratamiento, teniendo en cuenta que con mucha frecuencia se vuelven a reproducir e incluso pasara la cronicidad.
Procesos infecciosos del tejido subcutáneo y fascias superficiales:
La más grave a considerar es la Gangrena de Fournier: la cual casi siempre respeta los testículos, glande, cuerpos esponjosos y cavernosos del pene.
Es una entidad bastante preocupante ya que si no es diagnosticada y tratada a tiempo tiene un alto porcentaje de mortalidad.
Incurvación de pene ó enfermedad de La Peyronie:
Independientemente de la Incurvación congénita del pene que aparece por varias causas, bien sea en el nacimiento o en la pubertad; tenemos otro tipo de incurvación más frecuente que es la Enfermedad de Peyronie que aparece en el 1% de la raza blanca, en la edad media de la vida y que en un 10% se asocia con la enfermedad de Dupuytren ( que es una contractura de la aponeurosis de la palma de las mano ).
Se relaciona entre otras causas con microtraumas que sufre el pene por ejemplo con relaciones sexuales continuadas y se traduce por una respuesta inflamatoria y al existir problemas vasculares en la cicatrización, evolucionan hacia una fibrosis, la cual origina la incurvación.
Cursa con dolor peneano y en relación con el grado de incurvación, con una dificultad para la penetración.
Requieren un tratamiento médico prolongado, con el único propósito de estabilizarla: quitar el dolor si lo tuviera y que la incurvación no progrese.
“Según sea el grado de incurvación, una vez completado el tratamiento médico, se puede corregir mediante cirugía”.
El dilema del dolor genital crónico:
Lo definimos como aquél que SIN causa orgánica identificada, afecta por lo menos a una de las siguientes áreas: perineal, testicular, escrotal, peneana y uretral.
Puede coexistir con otros síndromes de dolor no genital.
La exploración física resulta negativa.
Las pruebas diagnósticas específicas raramente o nunca aportan ningún tipo de información.
Son pacientes que van de especialista en especialista buscando el porqué de su dolencia.
Suelen los pacientes tener trastornos psicológicos, como trastornos por somatización; síndrome de dolor no genital crónico; depresión mayor; drogodependencia, ansiedad y disfunción sexual.
La disfunción neuromuscular del suelo pélvico se caracteriza por la contracción habitual continua o por la inestabilidad de los músculos del suelo pélvico, que puede ser la causa del dolor en algunos pacientes. Suelen referir dolor perineal o genital que empeora cuando se sientan ó conducen y que a menudo se asocia a polaquiuria o a urgencia miccional.
La FISIOTERAPIA puede desempeñar un papel importante en éste último grupo de pacientes. Se ha de realizar una valoración inicial y enseñar después al paciente unos ejercicios que sirven para aumentar la fuerza de los músculos del suelo pélvico, así como el control voluntario de la contracción de éstos.