La amniocentesis es una prueba segura, pero conlleva ciertos riesgos el más destacado es el de que se produzca un aborto espontaneo posterior a la prueba, se da aproximadamente en el 1% de los casos. Por esa razón no se hace a todas las embarazadas sino solo a aquellas que las pruebas de cribado anteriores, tal como el Test Prenatal no invasivo o el Triple Screening hayan reflejado alguna alteración, o bien cuando en la consulta de ginecología así lo aconsejen por una sospecha clara de anomalía genética.

Con la amniocentesis se detectan anomalías cromosómicas y/o defectos congénitos mediante el análisis de las células obtenidas del líquido amniótico.

No se requiere ningún cuidado previo, solo es necesario realizar una la ecografía para conocer el tiempo de gestación.
Tras la prueba es reposo relativo durante las 48 horas siguientes, no realizar esfuerzos físicos y permanecer lo más tranquila posible.