«Si digo todas, me llamarán exagerada, pero no es erróneo decir que más del 90% de las mujeres con discapacidad sufren algún tipo de maltrato». Sila Murillo, presidenta de Amdas La Fonte, la entidad que pondrá en marcha, por primera vez en España, de un programa contra la violencia contra las mujeres dentro del colectivo de la discapacidad lo tiene claro: 9 de cada 10 gijonesas en esa situación son víctimas de maltrato. Si con su frase «Si le pega, tenga paciencia, bastante tiene su marido con tener una mujer paralítica» publicada por EL COMERCIO, el programa alcanzó relevancia internacional, Murillo quiere insistir ahora en que, dentro de la discapacidad, maltrato «es una denominación que abarca mucho».
Porque, en el caso de las mujeres con alguna patología, ya sea de nacimiento como sobrevenida -fruto de un accidente de tráfico, cardiovascular o cerebral- «no hablamos sólo de agresión, que también hay, sino del maltrato psicológico, del que anula la personalidad. De dejar a la persona sin ningún tipo de autonomía». Explica Murillo que se trata de «un exceso de protección mal entendido que ya discrimina a las mujeres con discapacidad desde la niñez. Mientras que con los niños los padres tratan de que se formen, de que logren un empleo, con las niñas no tienen más interés que la educación obligatoria. A partir de ahí, el futuro que le espera a la mujer es trabajar en casa. ‘Me ayuda muchísimo’ es el comentario habitual para referirse a mujeres que atienden a padres, hermanos o abuelos y a las que les controlan la pensión».
Para llegar a todos esos casos, Amdas La Fonte, con el respaldo económico de La Caixa y el apoyo de Cocemfe-Asturias, ya ha puesto en marcha este programa, que también será desarrollado en otras cuatro comunidades autónomas. En Asturias, tres mujeres agredidas ya están recibiendo terapia, de la mano de la psicóloga del programa, Ángeles Aja, y otras ocho entrarán a formar parte del primer taller de los tres que conforma el proyecto.
«Queremos iniciar ya los cursos, que llegarán a técnicos de la Administración y de las ONG’s», así como los talleres, que van tanto para las víctimas de malos tratos como para sus familias». Sila Murillo explica que «no se persigue a nadie. Ni tampoco queremos culpabilizar. Muchas familias tienen la mejor voluntad cuando controlan tanto la vida de su hija, pero no se dan cuenta de que es una persona independiente, con una discapacidad, pero independiente, a la que no pueden seguir llamando niña cuando ya tiene 30 años».
Ángeles Aja pone el ejemplo de una mujer, con parálisis cerebral, que tuvo que luchar contra su familia «primero para poder tener pareja, algo muy extraño entre las mujeres con discapacidad, y luego para quedarse embarazada». En contra de todo su entorno, la mujer «logró su objetivo» y hoy «es un ejemplo de que las mujeres con discapacidad son, sobre todo, mujeres».
Acabar con la invisibilidad
El programa busca «solucionar los problemas que sufren en silencio muchas mujeres» y, sobre todo, «acabar con la invisibilidad», ya que no existe ningún estudio concreto. Lo más similar que hay publicado es un informe europeo «en el que, a nivel general, se decía que el 80% de las mujeres con discapacidad eran agredidas. Pero es de 2004 y no tiene ninguna profundidad».
Con este proyecto de La Caixa se quiere hacer «una radiografía exacta de la situación», por lo que pide Amdas La Fonte «la máxima colaboración». Cuentan ya, explica, «con la del Instituto Asturiano de la Mujer y con la del Ayuntamiento de Gijón, que se han volcado con nosotras para que lográramos el apoyo de La Caixa».
Además, para Murillo ha sido clave «la intervención de Mónica Oviedo, la vicepresidenta de Cocemfe Asturias, puesto que ha sido ella la que nos ha avalado para que nosotras desarrollemos esta iniciativa». Las sedes de ambas entidades, Cocemfe y Amdas La Fonte, se convertirán el frente contra los malos tratos.